Pero siempre gusta tener otro juego para cambiarle un poco el aspecto de vez en cuando.
Me animé a hacerlo porque vi que muchos lo habéis hecho, pero...¡Madre de Dios! La faena que tienen...
Entre quitarles el óxido, lijar, imprimar, pintar, enmascarar...
A medio proceso se me están quitando las ganas. No es ni mucho menos un acabado profesional, pero bueno, me sirve para entretenerme en estos tiempos de confinamientos y bajada de faena en mi trabajo.
Ahí van algunas fotos