Incendio de R12 por falta de fusibles
Publicado: 25 Ene 2019 14:57
Tema abierto para no entorpecer en otros temas
Aunque ya creo que lo comenté hace tiempo, y ha salido recientemente de forma difusa, expongo lo que me ocurrío hace 30 años con el R12 S familiar de 1975, que tuvo mi padre.
Era el coche de viajes que había en casa, porque de diario se utilizada una Mercedes N1300. Pero se encontraba al día de mantenimiento y reparaciones ya que, aunque no se movía todas las semanas, cuando lo hacia era principalmente por viajes largos. En aquella época sólo recuerdo las ITV de la furgoneta, pero no del coche, puede que fuese porque no eran obligatoria o no le tocaba.
Un sábado por la noche, de invierno, mi hermana jugaba al baloncesto en Cuenca capital y llamó diciendo que había perdido el autobús (o tren, no recuerdo) y mi padre dijo que iríamos a buscarla. En el último momento no se encontraba bien, por lo que me dijo que me fuese yo sólo a por ella (82 kms) con la condición de que ese fin de semana iba a disfrutar de R12 en lugar de furgoneta.... y yo, deseando.
A 28 kms de casa, circulando por una carretera nacional de las de entonces, con las luces largas puestas (incluído los halógenos centrales), la radio encendida y el limpiaarabrisas a tope por la fuerte lluvia, de pronto me llega un olor a cable quemado, y en un instante, quizá un segundo, el coche se quedó completamente a oscuras y se paró el motor. Y el olor a quemado me ahogaba.
A unos 100 km/h en ese momento y circulando por una recta, y aquí tengo que dar gracias a San Cristóbal, conseguí oir como las ruedas del lado derecho pisaban el fin de la calzada, frené de golpe y el coche se quedó caído de lado derecho en la cuneta, a punto de volcar pero sin llegar a ello. La cabina estaba dentro llena de humo.
Salí fuera, lloviendo a mares, y levanté el capó. Salió una llamarada de unos 3 ó 4 metros de altura de la zona del delco. Como pude, con la chaqueta y posiblemente gracias a la lluvia, pude apagar la llamarada. El coche, claro, a oscuras total y ni un alma en la carretera.
Abro la puerta del conductor para resguardarme de la lluvia, y horror, hay fuego bajo el cuadro de instrumentos y por detrás de las carcasas que cubren el antirrobo de volante. Fácil de ver porque es lo único que brilla en la oscuridad absoluta, lloviendo, sin chaqueta y empapao.
A patadas consigo romper los plásticos bajo el volante, y con los restos de la chaqueta empapada y soplando, consigo apagar los cables en llamas. A ello ayudaría, digo yo, que la batería ya estaría prácticamente descargada. Después del susto, y de interminables minutos, aparece un coche a lo largo, afortunadamente eran otros tiempos y paró, era una chica joven como yo, me imagino que verme empapao, con las manos negras y con el coche fuera de la carretera le hizo pensar que yo no iba buscando mas que alguien que me ayudara, y no otras intenciones. Me llevó hasta el cuartel de la Guardia Civil del pueblo cercano y desde allí pude telefonear a mi padre, que me mandó la grúa del pueblo.
Las dos semanas siguientes, el R12 S la pasó en el taller del electricista del pueblo. Se habían quemado los cables del alternador, de la bobina, y los que van hacia el mando de luces desde el hueco del motor al interior de la cabina. En palabras del electricista, suerte has tenido que lo has apagado a tiempo, no es el primer R12 que acaba en una falla y no será el último. Yo creo que la mayor suerte fue no volcar en el momento de ceguera y haberme quemado vivo dentro del coche.
El coche volvió a funcionar siete u ocho años más, después de aquello.
La causa fue una derivación a masa del cable de alimentación del faro delantero derecho que con la humedad de la lluvia fue a más. Lo que no recuerdo ahora, es si se trataba del faro principal ó del auxiliar.
Aunque ya creo que lo comenté hace tiempo, y ha salido recientemente de forma difusa, expongo lo que me ocurrío hace 30 años con el R12 S familiar de 1975, que tuvo mi padre.
Era el coche de viajes que había en casa, porque de diario se utilizada una Mercedes N1300. Pero se encontraba al día de mantenimiento y reparaciones ya que, aunque no se movía todas las semanas, cuando lo hacia era principalmente por viajes largos. En aquella época sólo recuerdo las ITV de la furgoneta, pero no del coche, puede que fuese porque no eran obligatoria o no le tocaba.
Un sábado por la noche, de invierno, mi hermana jugaba al baloncesto en Cuenca capital y llamó diciendo que había perdido el autobús (o tren, no recuerdo) y mi padre dijo que iríamos a buscarla. En el último momento no se encontraba bien, por lo que me dijo que me fuese yo sólo a por ella (82 kms) con la condición de que ese fin de semana iba a disfrutar de R12 en lugar de furgoneta.... y yo, deseando.
A 28 kms de casa, circulando por una carretera nacional de las de entonces, con las luces largas puestas (incluído los halógenos centrales), la radio encendida y el limpiaarabrisas a tope por la fuerte lluvia, de pronto me llega un olor a cable quemado, y en un instante, quizá un segundo, el coche se quedó completamente a oscuras y se paró el motor. Y el olor a quemado me ahogaba.
A unos 100 km/h en ese momento y circulando por una recta, y aquí tengo que dar gracias a San Cristóbal, conseguí oir como las ruedas del lado derecho pisaban el fin de la calzada, frené de golpe y el coche se quedó caído de lado derecho en la cuneta, a punto de volcar pero sin llegar a ello. La cabina estaba dentro llena de humo.
Salí fuera, lloviendo a mares, y levanté el capó. Salió una llamarada de unos 3 ó 4 metros de altura de la zona del delco. Como pude, con la chaqueta y posiblemente gracias a la lluvia, pude apagar la llamarada. El coche, claro, a oscuras total y ni un alma en la carretera.
Abro la puerta del conductor para resguardarme de la lluvia, y horror, hay fuego bajo el cuadro de instrumentos y por detrás de las carcasas que cubren el antirrobo de volante. Fácil de ver porque es lo único que brilla en la oscuridad absoluta, lloviendo, sin chaqueta y empapao.
A patadas consigo romper los plásticos bajo el volante, y con los restos de la chaqueta empapada y soplando, consigo apagar los cables en llamas. A ello ayudaría, digo yo, que la batería ya estaría prácticamente descargada. Después del susto, y de interminables minutos, aparece un coche a lo largo, afortunadamente eran otros tiempos y paró, era una chica joven como yo, me imagino que verme empapao, con las manos negras y con el coche fuera de la carretera le hizo pensar que yo no iba buscando mas que alguien que me ayudara, y no otras intenciones. Me llevó hasta el cuartel de la Guardia Civil del pueblo cercano y desde allí pude telefonear a mi padre, que me mandó la grúa del pueblo.
Las dos semanas siguientes, el R12 S la pasó en el taller del electricista del pueblo. Se habían quemado los cables del alternador, de la bobina, y los que van hacia el mando de luces desde el hueco del motor al interior de la cabina. En palabras del electricista, suerte has tenido que lo has apagado a tiempo, no es el primer R12 que acaba en una falla y no será el último. Yo creo que la mayor suerte fue no volcar en el momento de ceguera y haberme quemado vivo dentro del coche.
El coche volvió a funcionar siete u ocho años más, después de aquello.
La causa fue una derivación a masa del cable de alimentación del faro delantero derecho que con la humedad de la lluvia fue a más. Lo que no recuerdo ahora, es si se trataba del faro principal ó del auxiliar.