Reflexiones a la luz del mechero
Publicado: 20 May 2017 14:41
Hola a todos. Os comparto una de mis escrituras a ver que os parece. Hay momentos en los que me da el yuyu y escribo cosas, y este es uno de esos momentos...
Yo crecí a la sombra del cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Merceria Puri). Ese cajero…era nuestra familia. Nos nutríamos de sus pechos, nos reuníamos en torno a él porque era padre disciplinado, madre amantísima y severa a la vez. Bastaba ver aparecer en su radiactiva pantalla verde fosforescente la frase “SALDO INSUFICIENTE, POR FAVOR, RETIRE SU TARJETA” para que todos nos cuadrásemos firmes como rectas velas en procesión de la Virgen del Rocío, como si nos hubiésemos tragado los palillos del restaurante chino “SHAO-LIN” que estaba en Pedro Laborde esquina Avenida de Palomeras… Era escuchar el pitido que anunciaba que el cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Merceria Puri) se nos iba a comer la tarjeta para que todos le obedeciéramos fielmente y recuperásemos la cordura, aunque poco después la perdiéramos con la misma facilidad con la que se pierde la dignidad cuando tratas de bailar La Lambada y estás hasta arriba de Gin Tonics…
Ese cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Merceria Puri) marcaba nuestras vidas, marcó nuestros destinos y marcará nuestro futuro… ¿Cuántos perdimos la virginidad a la luz de su escaparate hoy convertido en muestrario de bragas, sujetadores de tallas enormes que podrían sostener incluso un autobús a cincuenta metros de altura y lencería de dudoso gusto salvo para Puri, su actual dueña? ¿Cuántos lloramos y reimos, incluso ambas cosas a la vez sentados en su frio y duro suelo mientras devorábamos ávidamente los años ochenta con el ánsia de quien se cree dueño del futuro pero a la vez no está seguro de si mañana va a poder pagar el bonobús? ¿Cuántos no le hemos contado nuestros problemas al cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Merceria Puri) con la esperanza de hallar consuelo a nuestro penar a sabiendas que la Rosy se había ido con el Juanito y a esas alturas de la noche la estaría empotrando en el asiento trasero del Renault 5 color verde con el motor destrozado que el Juanito había heredado de su hermano Lucas ya felizmente casado y padre de dos niñas aunque su mujer se lo pasaba en grande con el butanero mientras que Lucas se dejaba hasta el hígado trabajando de sol a sol en la obra y estando seguros de que la Rosy solamente volvería con nosotros para pedirnos prestadas dos mil pesetas ya que la muy lagarta era sabedora que no nos íbamos a negar por estar colados hasta las trancas de ella? La muy hija de la gran puta nos conocía y sabia que estaríamos llorando a las puertas del cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Mercería Puri) frustrados porque nos nos había concedido el placer de ser nosotros quien la empotrase en lugar del Juanito…
Maldita seas Rosy y maldito sea el cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Mercería Puri)…Maldito seas por haber marcado toda una época…
Hace unos días por pura nostalgia…que narices!!!, porque me encanta flagelarme y rebozarme en mis recuerdos como un gorrino en su lodazal, pasé por la calle de Pedro Laborde y me detuve en la puerta del cajero de Caja Madrid (ayer Bankia y hoy Merceria Puri) para soltar unas lagrimitas, aunque no pude contener un par de pedetes demasiado sonoros para mi gusto y que hicieron volver la cabeza e insultarme en su musical y gracioso idioma a la pareja de chinos que, enamorados paseaban cabizbajos ella detrás de él como manda la tradición cantonesa. No pude evitar el gemir de dolor al ver lo que habían hecho con el viejo cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Mercería Puri). Aunque según la abuela que estaba a punto de cruzar la calle mi gemido había sonado como la bocina de un camión y terminaba de cruzar la calle asustada y con el marcapasos a punto de estallarle mientras cariñosamente se acordaba de mis antepasados y me mentaba a la madre que me parió hasta que una descarga de aviso del mencionado aparato cardiaco la hizo volver a la realidad y comenzó a respirar ruidosamente como si fuera un motor diesel…
El pobre cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Mercería Puri) había desaparecido transformado en una vulgar tienda, aunque siempre quedará en nuestro corazón para toda la eternidad…
Paco
Yo crecí a la sombra del cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Merceria Puri). Ese cajero…era nuestra familia. Nos nutríamos de sus pechos, nos reuníamos en torno a él porque era padre disciplinado, madre amantísima y severa a la vez. Bastaba ver aparecer en su radiactiva pantalla verde fosforescente la frase “SALDO INSUFICIENTE, POR FAVOR, RETIRE SU TARJETA” para que todos nos cuadrásemos firmes como rectas velas en procesión de la Virgen del Rocío, como si nos hubiésemos tragado los palillos del restaurante chino “SHAO-LIN” que estaba en Pedro Laborde esquina Avenida de Palomeras… Era escuchar el pitido que anunciaba que el cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Merceria Puri) se nos iba a comer la tarjeta para que todos le obedeciéramos fielmente y recuperásemos la cordura, aunque poco después la perdiéramos con la misma facilidad con la que se pierde la dignidad cuando tratas de bailar La Lambada y estás hasta arriba de Gin Tonics…
Ese cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Merceria Puri) marcaba nuestras vidas, marcó nuestros destinos y marcará nuestro futuro… ¿Cuántos perdimos la virginidad a la luz de su escaparate hoy convertido en muestrario de bragas, sujetadores de tallas enormes que podrían sostener incluso un autobús a cincuenta metros de altura y lencería de dudoso gusto salvo para Puri, su actual dueña? ¿Cuántos lloramos y reimos, incluso ambas cosas a la vez sentados en su frio y duro suelo mientras devorábamos ávidamente los años ochenta con el ánsia de quien se cree dueño del futuro pero a la vez no está seguro de si mañana va a poder pagar el bonobús? ¿Cuántos no le hemos contado nuestros problemas al cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Merceria Puri) con la esperanza de hallar consuelo a nuestro penar a sabiendas que la Rosy se había ido con el Juanito y a esas alturas de la noche la estaría empotrando en el asiento trasero del Renault 5 color verde con el motor destrozado que el Juanito había heredado de su hermano Lucas ya felizmente casado y padre de dos niñas aunque su mujer se lo pasaba en grande con el butanero mientras que Lucas se dejaba hasta el hígado trabajando de sol a sol en la obra y estando seguros de que la Rosy solamente volvería con nosotros para pedirnos prestadas dos mil pesetas ya que la muy lagarta era sabedora que no nos íbamos a negar por estar colados hasta las trancas de ella? La muy hija de la gran puta nos conocía y sabia que estaríamos llorando a las puertas del cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Mercería Puri) frustrados porque nos nos había concedido el placer de ser nosotros quien la empotrase en lugar del Juanito…
Maldita seas Rosy y maldito sea el cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Mercería Puri)…Maldito seas por haber marcado toda una época…
Hace unos días por pura nostalgia…que narices!!!, porque me encanta flagelarme y rebozarme en mis recuerdos como un gorrino en su lodazal, pasé por la calle de Pedro Laborde y me detuve en la puerta del cajero de Caja Madrid (ayer Bankia y hoy Merceria Puri) para soltar unas lagrimitas, aunque no pude contener un par de pedetes demasiado sonoros para mi gusto y que hicieron volver la cabeza e insultarme en su musical y gracioso idioma a la pareja de chinos que, enamorados paseaban cabizbajos ella detrás de él como manda la tradición cantonesa. No pude evitar el gemir de dolor al ver lo que habían hecho con el viejo cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Mercería Puri). Aunque según la abuela que estaba a punto de cruzar la calle mi gemido había sonado como la bocina de un camión y terminaba de cruzar la calle asustada y con el marcapasos a punto de estallarle mientras cariñosamente se acordaba de mis antepasados y me mentaba a la madre que me parió hasta que una descarga de aviso del mencionado aparato cardiaco la hizo volver a la realidad y comenzó a respirar ruidosamente como si fuera un motor diesel…
El pobre cajero de Caja Madrid de Pedro Laborde (ayer Bankia y hoy Mercería Puri) había desaparecido transformado en una vulgar tienda, aunque siempre quedará en nuestro corazón para toda la eternidad…
Paco
