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ivecocityclass
03 Jun 2013 11:31
He de confesar una cosa: Soy adicto a una droga muy dura y poderosa. Tan poderosa es que tiene 70cv de potencia. Si amigos. Soy adicto a conducir sin descanso mi Renault 12 de 1976. Con lágrimas en los ojos confieso que no puedo desengancharme de esta extraña adicción. Ni puedo ni por supuesto quiero desengancharme de ella. Necesito meterme en vena cada poco tiempo una fuerte dosis de kms. a su volante. Se ha convertido en algo muy frustrante pero a la vez muy divertido… sobre todo cuando reduzco de cuarta a tercera y adelanto sin piedad a otros vehículos cuyos conductores asombrados no pueden hacer otra cosa que quedarse mirando con cara de asombro y balbuceando señalan con el dedo a ese extraño vehiculo de color rojo que, después de adelantarles se pierde en el horizonte. Al reducir de marcha, en los instantes previos al adelantamiento mis pulsaciones suben a la par que las revoluciones del motor, mis músculos se tensan mientras que los pistones se mueven frenéticos dentro de los cilindros y de repente…. La distancia se interpone entre adelantado y adelantador.
Este pasado fin de semana he tenido una fuerte sobredosis de conducción del Renault 12 por los pueblos de la Sierra del Segura acompañados por más adictos a la conducción del Renault 12. En total hemos sido 22 coches mas otros infiltrados pero a la vez atacados por esta fuerte adicción.
Mi periplo comenzó el sábado a las 4 de la madrugada en Toledo, lugar donde vivo y distante 233 kms del lugar de reunión. Con un leve chasquido de apenas una décima de segundo de duración y que supuso un esfuerzo mínimo para la batería el motor del Renault 12, siempre diligente y fiel se puso en movimiento haciendo llegar con prontitud el aceite lubricante a todos y cada uno de sus rincones. Con varias decenas de kilómetros de deshabitada autovía por delante iba acomodándome al asiento mientras que las ruedas del 12 surcaban las tierras de La Mancha y la noche nos envolvía con su frescor de madrugada, cosa que al motor le sentaba de maravilla y manifestaba con su alegre y cantarín sonido.
Cambio de autovía después de los primeros 63kms y enfilamos la N-IV en dirección a Manzanares donde cambiaríamos esta vez el impersonal asfalto de una autovía por una carretera nacional que, pese a mis iniciales dudas estaba en buen estado. ¿Temperatura del motor? 90 grados. ¿Presion de aceite? Estable. Los kilómetros van sucediéndose y la noche va dando lugar a los primeros destellos del dia que avisa con su resplandor.
Nuevo cambio de carretera y nuevas dudas pues se trata de una carretera comarcal. Dudas que quedan disipadas ante la exuberante planicie de la misma y la presencia de una recta de unos 20kms que el 12 se traga en un abrir y cerrar de ojos a una velocidad endiablada. Parece tener prisa por llegar…
Ventana bajada levemente para saborear el aire procedente del amanecer y me sobresalto ante el aullido de un lobo que a la distancia parece saludarme.
Apenas una hora y 15 minutos después de haber iniciado la marcha en Toledo ante mí se muestra el cartel que indica la entrada en la comunidad autónoma de Andalucia con cambio en la calidad del asfalto incluido. Pero mi destino aún está a unos 120kms del lugar donde me encuentro.
Parada para estirar las piernas y llenar los pulmones de aire fresco y los oídos del silencio de la noche solo roto por algunos grillos que en la lejanía frotan sus patas con cualquiera sabe que oscuros y libidinosos fines.
Pueblos dormidos, carreteras desiertas son nuestros compañeros inseparables de mi fiel rocín y yo mismo. El dia va abriéndose paso a la oscura noche y los primeros rayos del sol nos sorprenden ante un cartel que indica que solo hay 24kms para llegar a nuestro destino, Arroyo del Ojanco. Una minucia para el 12 y yo aprovecho para fumar un cigarro y ralentizar la marcha pues apenas son las 6 de la mañana… El 12 agradece el cambio de velocidad bajando la temperatura de su motor que, impasible sigue moviéndose sin descanso cumpliendo fielmente su cometido.
El cartel indicador del hotel me sorprende y mientras busco un lugar para aparcar veo los coches del resto de mis compañeros de aventura estacionados ordenadamente esperando a sus dueños.
Un café me devuelve la energía aunque todavía permanezco ajeno a la tremenda cantidad de información que mi cerebro procesará horas después y la tremenda cantidad de emociones que se acumularán al ver a los amigos que hace tiempo que no veo.
Horas mas tarde tras los saludos y entrega de dorsales emprenderemos la marcha a uno de los lugares mas maravillosos que existen en la tierra: La Sierra del Segura. Terribles carreteras llenas de curvas con subidas y bajadas en las cuales los 12´s presentes parecen sentirse en su elemento y que demuestran haciendo rugir sus motores con alegría en cada giro.
Lugares con nombres tan fantásticos como Puerta de Genave, Siles, Orcera, Benatae, etc… con sus blancas viviendas cuyos moradores nos saludan a nuestro paso.
Una reparadora comida compuesta por un excelente plato de melón con jamón y un guiso que me recuerda a las deliciosas cocotxas de cerdo que comimos hace unas semanas nos hacen afrontar la segunda parte del sábado. Unos deciden volverse al hotel y otros decidimos, valientes seguir sin saber lo que nos espera
Despues de comer y visitar una fábrica de aceite donde nos explican con total detalle el proceso de extracción del aceite desde que la aceituna llega hasta que sale envasado nos dirigimos hacia un lugar mítico: El castillo de Segura de la Sierra. Tras un ascenso endiablado que los 12´s afrontan como lo que son, duros vehículos totalmente fiables los aparcamos y ponemos a prueba nuestras dotes escaladoras para llegar a la cima donde se encuentra el castillo. Mis pulmones se quedan por el camino y el acelerado ritmo cardiaco me recuerda que eso de estar en forma hace siglos que no sé lo que es.
Desde lo alto de las almenas del castillo se puede divisar la grandeza de esta tierra, Jaen en casi su total extensión. Despojado de sus antiguos moradores hace siglos este lugar es un representante que hace recordar al turista como era la vida entonces cuando ninguna de las comodidades actuales existía. Con el ulular del viento como único testigo que nos acompaña decidimos guardar silencio para empaparnos de este precioso sonido: la ausencia del mismo y nuestros pulmones se llenan del aire más puro que jamás vamos a encontrar.
Ya de vuelta al hotel y tras un rato de agradable charla procedemos a degustar las ricas viandas que componen una suculenta cena a base de patés, embutidos, mariscos variados y todo ello regado con una excelente sangría. Estos manjares son devorados con apetito y las jarras de sangría se vacian sabedores que la jornada de conducción ha llegado a su fin por este dia.
Tras la entrega de premios y la demostración por parte de algunos amigos de sus ocultas dotes artísticas y ya avanzada la noche nos retiramos a descansar que no dormir pues la cantidad de emociones vividas a lo largo del dia se acumulan en el cerebro que hace horas extras para procesar y pugna por poder clasificar tan ingente cantidad de datos.
La nueva luz del dia me sorprende tras haber dormido apenas 3 horas.
Un humeante café con leche acompañado de una suculenta y humeante tostada de pan de un par de dedos de grosor regada con un generoso chorro de ese oro líquido que ha nacido en el corazón de esta fantástica tierra llamada Andalucia son ingeridos sin importarme que el aceite caiga por mis dedos. Algunos dicen que ese desayuno da energias a un muerto y doy fé de ello pues mi cansancio se disipa al instante y un torrente de nueva energía invade todos los rincones de mi organismo y reanuda la eterna felicidad sentida desde que pisé tierras andaluzas.
Tras un breve recorrido hacemos parada en la localidad de Puerta de Genave donde exponemos los coches en la avenida principal para deleite de sus habitantes mientras damos buena cuenta de otro humeante café y degustamos una muestra de la rica bollería local.
Reemprendemos la marcha de nuevo hacia el parque natural hacia la localidad de Hornos y después visitamos el embalse del Tranco, uno de los mas extensos de Andalucia. En sus cristalinas aguas dan ganas de zambullirse y nadar disfrutando de un dia de agua pero las horas van pasando y esta magnifica reunión de amigos por desgracia tiene que dar a su fin. Tras la comida la parte más triste: las despedidas pero con la esperanza y el deseo de una próxima y cercana reunión con otra sobredosis de kilómetros a bordo de nuestras monturas visitando quien sabe que lugares pero siempre al volante de nuestros 12´s.
Por delante otros 233kms hasta Toledo luchando contra un cansancio que aumenta por momentos y un terrible dolor del brazo izquierdo señal inequívoca de las horas pasadas al volante y el sol recibido que hacen que se confunda con el rojo de la carrocería de mi coche.
Hoy ya repuesto quiero compartir este humilde relato de lo acontecido estos dos frenéticos pero emocionantes días todo ello sin ánimo de daros envidia pero con el deseo de que en la próxima estemos si no los mismos si más.
Pero sobre todo recordad: Si como yo tenéis esta extraña adicción no luchéis contra ella. No podréis. Simplemente dejaros llevar, sentaros al volante de vuestro 12, poner el motor en marcha y dejar que él sea el dueño y señor de vuestros actos. Dejar que sea él quien dirija el volante. Pero esos si, disfrutar todos y cada uno de los kilómetros que recorreréis conduciéndolo. Y si podeis juntaros con más adictos al 12, aunque en soledad también se disfruta es mejor al lado de buena gente y buenos compañeros. Vustro 12 siempre estará ahí, fiel, dispuesto a demostrar que no es un tedei o un electrodoméstico moderno de cuatro ruedas. Olvidaros del aire acondicionado. Olvidaros de la dirección asistida y los elevalunas eléctricos. Nada de eso encontrareis en un Renault 12 porque sencillamente no lo necesita. A cambio disfrutareis de un motor indestructible que parece funcionar solamente con aire. Inquebrantable ante los cambios de temperatura o desnivel del terreno.
He de decir que parte de mi corazón se ha quedado en esta maravillosa y llena de contrastes tierra que es Andaluicia y no puedo menos que mencionar que ardo en deseos de volver a pisarla.
Mis mas sinceras felicitaciones a Federico,su hijo,el chichas y a todos aquellos que nos han obsequiado con su hospitalidad, A los empleados del hotel por desvivirse en atendernos ya que todo eramos de buen comer y nunca dudaron el estar prestos a atendernos.
Si tuviera que calificar esta concentracion entre 0 y 10 no dudaria en darle un 15.
Espero volver a veros a todos pronto.Sin duda alguna...
Un saludo
Paco